lunes, 5 de enero de 2015

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Si tú supieras (pero no)
cómo me imantas cada instante al tiempo
cómo todo lo que hago en la jornada
perece porque no eres mía
que da bandazos como un globo
perdido en la borrasca
cómo sin ti nada se entiende de mis actos
y cómo eres mi clave y mi sentido
y mi descifradora

si tu supieras como sé
(porque lo sé) cómo sólo te busco
para que tú me rompas me disipes
porque eres mi remolino
mi vértigo sin fin
y la porción de mal que con mi propia mano
para mi vida aparto

si tú quisieras (pero no)
hundir esta banca vana
que da bandazos como un globo
perdido en la borrasca
y en tu océano ahogarme
engañoso y profundo

sumergirme sin paz sin término
en ti que no serás del todo mía nunca

y disiparme al fin
en la mortal caída hacia tu centro
que no existe
amor mío
mal mío
que no existe


Tomás Segovia




domingo, 4 de enero de 2015

La perdí en un remolino de arena. Habíamos llegado al desierto como dos turistas enamorados que pretendían perderse de la vista de toda la gente. Fuimos a exiliarnos entre las dunas sin importar que no supiéramos el camino de regreso, que pudiéramos quedarnos sin agua y sin comida, sin importar que el tiempo y el sol y la noche implacable nos quemara. Durante las últimas horas del delirio estuve  mirándola tendida en la arena, agonizando dulcemente. Cuando el horizonte comenzó a distorsionarse  nos miramos por última vez y por vez primera sentimos el terror y el peso de lo que habíamos emprendido. Las partículas de polvo y cristal se fueron levantando para envolvernos en una espiral que nos elevaba lentamente. No hubo caída ni retorno, sólo aire y un infinito mar sin agua.