lunes, 19 de septiembre de 2011

La Fuente que brota, cuyo flujo jamás cesa.




Lo que se sabe infinito por un segundo, lo será hasta que todos los soles se apaguen.



Aunque nuestra vista, corrupta por nociones incomprendidas, renueve la negación ya extinta.

Aunque nuestros oídos, repletos de sonidos externos, se nieguen a escuchar de nuevo la historia.

Aunque el aire ya no llene los pulmones y ya no se mezcle con el aroma del cuerpo.

Aunque los labios ya no pronuncien las palabras que el corazón grita.

Aunque los dedos se dediquen ahora exclusivamente a hojear libros y revistas.

Y aún cuando todos los soles se apaguen, seguirá existiendo una sola partícula en la que cabremos tú, yo, él, ella y todo lo que nos rodea.

A pesar de que no se trata de ti, ni de mi, ni de ninguna persona.

En esa partícula seremos el segundo de infinidad olvidado en los límites de nuestro aquí.





jueves, 1 de septiembre de 2011