Definitivamente hemos decidido aparcar la solitaria quietud
del estado masivo de supervivencia indiferente en las cercanías de la galaxia número
veintisiete en la cual hemos comprobado que ha existido un par de certezas autóctonas
que remiten a un pasado activo de glándulas explotantes de diversas magnitudes,
lo cual nos ha hecho pensar últimamente que las circunstancias temidas hace algún
tiempo acerca de las dinosauriezcas formas de existencia que no han sido
pertinentes en las épocas antiguas terminen por corromper el estado de suprema
excitación causado por la inflamación de las golondrinas azules que han
aprovechado el espacio intercostal para revelarse en forma violenta en contra
de las morsas infectantes que han monopolizado el gesto caritativo de la maternidad
floreciente en simios y algunos tipos de amibas. Solicitamos la pronta
recuperación del sistema activo de humedades craneales en el cual se ha visto
que existen diversos tipos de suscitaciones transparentes que han causado gran
revuelo y que perturban sin duda alguna las mentes de aquellos que curiosean
sin dejar paso a las máquinas férreas que suelen hacer todo el trabajo sucio, y
que, sin pensarlo ni un segundo se atreven a rematar acciones que en efecto no
les correspondían y que por consiguiente, en todo caso y después de lo cual se
aprovecha que hayan sido desplegadas antes de haber sido incluso pensadas o
incluidas en el sistema colectivo de recopilación de datos acerca de la
existencia en este sector del tercer universo conocido del cual ya no sabemos
si formamos parte o si está siendo creado por nosotros mismos, lo cual
significaría que todos somos la misma cosa y personalmente creo que es
improbable porque me queda claro que un simio es un simio y una alberca es una
alberca pero aun así considero que en otras dimensiones de lo que hoy conozco
como esto que sucede pues realmente no hay más que lo que hemos decidido que
haya, aunque en realidad nos digan los libros de historia tecnológica que todo
surgió en el cerebro de una especie de masa amorfa con cerebro en forma de pera
que existe a millones de años luz de distancia en el núcleo de una cereza siendo
digerida en el estómago de una princesa ballena que a su vez posee en su panza
el residuo comestible y aun orgánico de quinientas algas mutantes que se habían
levantado en armas porque anhelaban aspirar aire puro y ello les era negado por
la naturaleza misma, pero en fin esa es otra parte ínfima de la historia que en
realidad no está siendo contada sino remitida desde lo lejano de las partituras
de movimiento de un ser cuya materia orgánica ha sido despojada de todo uso y
de toda reflexión corriente que derivara de cualquier estado de trance o de
luminosidad intelectiva, porque en verdad ello no existe y somos tan reales
como las focas y los focos y las facialidades múltiples del cubo rubik.
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