domingo, 14 de junio de 2020

Sobre el proceso y la resistencia a tomar partidos

Deshago aquí una madeja sobre la necesidad de encarnar una postura firme desde la existencia social virtual: 

La comodidad de mi individualismo se vuelve insostenible y recurro al cauce externo, he tardado. En medio de un océano de información busco raíz y volverme presencia. Estar, pero ¿de qué modo o para qué?, ¿para QUIÉN?

Me planto frente a un multiverso virtual de cuyas presencias y cuerp+s sé muy poco, acaso su textualidad, acaso su imagen y sus referentes o la memoria de haber compartido un espacio/tiempo. Hay todo un panorama de dónde escoger. Cosas superfluas, cosas divertidas, memes, series, música o películas. 

Pero también frente a 'lo importante' elijo con qué identificarme. 
Entonces hago equipos, me manifiesto a favor de aquell+ que se alinea con mis planteamientos morales, éticos o estéticos. Me mimetizo con el entorno al que deseo pertenecer, implemento su lenguaje y defiendo sus causas. Manifiesto mi deseo de pertenencia en forma de likes y comentarios. Tod+s deseamos reconocernos, no habría por qué someterlo a juicio de valor. En la superficie de lo que nos gusta y lo que no, seguimos jugando como niñ+s.

Empiezo a ver problema cuando lxs equipxs trabajan arduamente en invalidarse o anularse mutuamente. Entonces recuerdo la historia de la humanidad hasta ahora, la quintaesencia de la guerra; ¿qué nos impide coexistir con aquello con lo que no logramos identificarnos, por qué no podemos aceptarlo? Empezaría por pensar que se debe a un dogma, al devenir histórico (individual y/o colectivo) o al miedo.

El pasado: Las instancias dominantes que fueron conquistando la tierra establecieron mandamientos, formas de pensar y organizarse que subsisten hasta ahora, aún si son caducas. Las estrategias de dominación masiva han sido tan efectivas que hemos tardado en darnos cuenta de que obedecemos a preceptos caprichosos y que está en nuestro poder modificar las estructuras, aunque hayamos sido entrenad+s para perpetuarlas. Hemos sido incubad+s en el TERROR y la segregación, negamos lo que no se nos asemeja porque nuestra mirada es parcial. Se nos encamina a desear siempre algo más allá, Tántalos que buscan más dinero, posesiones, juventud, fama, followers. Se aspira a la superioridad económica, intelectual o moral. El odio a nosotr+s mism+s es un cáncer artificial. Odio por no tener tal o no ser cual. Odio y frustración, temor, miedo incontrolable a la muerte; entretenimiento y funerarias para que no sintamos su presencia material. 

El presente: URGE identificar nuestro papel, grande o pequeño, dentro de este proceso. Transformar nuestrxs equipxs en comunidades y escuchar la voz del deseo colectivo que es la voz del tiempo que corre, actuar en consecuencia y cesar el adoctrinamiento repetitivo. Entrenar a futuras generaciones en la autoescucha y la sensibilidad para con l+s otr+s, los animales y la Tierra. Entrenar la piedad y el duelo, aprender el reciclaje en sus infinitos sentidos. 

Lo doloroso es el proceso por medio del cual la voz colectiva se manifiesta y se hace valer. Y es este mismo dolor, que no cuadra con los tiempos del internet, el que nos angustia, nos desespera y nos enferma, porque no alcanzamos a ver el momento en que se efectúe nuestra voluntad. Sentimos más cercano el rigor de la hoguera o la muerte misma (aunque la negamos, porque la seguimos viendo como algo externo). 

Empezamos a ver cómo poco a poco se van estableciendo las máximas de nuestro tiempo por unanimidad: la pederastia es intolerable, el yugo del patriarcado ha moldeado el mundo así que ha de venirse abajo, el capitalismo y la explotación de la Tierra son insostenibles, la heteronorma es insostenible, NO a la discriminación y exclusión por cuestiones origen, sexo, género, edad, salud. Y así las que ud. guste enumerar. Pero a resaltar que las comunidades y las colectivas somos quienes estamos dictando el equivalente horizontal a 'los mandamientos' de nuestra era, que no se nos olvide, que bastante sangre y millones de voces se han sacrificado en esta revolución global de revoluciones. 

A título personal resuelvo lo siguiente: yo misma, en la totalidad de mi condición humana, soy tan capaz de las mayores atrocidades como de las proezas más altas. El trabajo actoral es un diamante en este punto porque no discrimina; quienes actuamos nos damos la oportunidad de identificarnos incluso con lo más absolutamente rapaz, podemos asumir internamente lo que puede volver a alguien pederasta o asesino, entonces abrazamos la otredad que rechazamos, la sublimamos por medio de ficciones y seguimos en el mundo sin cometer actos atroces (con sus horribles excepciones, claro). El corazón se abre. Enuncio la actuación por serme inmediata pero esto será común a quienquiera que busque hacer de su vida una experiencia lo más completa posible. Por eso mi trabajo es aprender, discernir y DECIDIR las acciones que han de equilibrar mi balanza y acaso contribuir al equilibrio del mundo. Y pienso 'equilibrio' como un ideal posterior, porque bien sé que ahora mismo estamos en guerra necesaria en todo el mundo y necesitamos seguir organizándonos y actuar radicalmente para construir junt+s, destruir lo que es necesario destruir y preservar lo que nos sostiene, usar las herramientas para buscar justicia. Si he de tomar partidos sea sin flaquear pero sí manteniéndome flexible y en principio leal a lo que considero sagrado.  

[Aquí va otro gran chorizo sobre qué carajo es la justicia y su papel en el futuro]

Por eso es CRUCIAL reconocernos entre grupxs vulneradxs y SOLIDARIZARNOS. 

Y bueno, bueno, ANTE TODO: ¿de qué sirve que resuelva una postura frente al mundo si fallo en atender mis vicios propios? Frente a la miseria global y la inminencia del espanto cualquier superioridad moral resulta falaz. Yo por ejemplo tengo muy claro que mi estar virtual es un sistema de máscaras seleccionadas a conciencia, porque creo que lo que realmente soy compete a mí y a aquell+s con quienes comparto la presencia. Entonces ¿Escribo como que me lo tomo muy en serio? Pues sí, nimoro, tampoco crean que acá siento que me la sé, tómeseme por mi avatar y ya. Ya sé que todo esto ya se sabe, sólo intento ponerme orden y conversar. Me fascinaría poder decir todo esto vía memes pero el IQ no me da. Procuro hervir el caldo de mis pensamientos mucho tiempo antes de servirlo y me perturrrrrba que todo en las redes es susceptible de transformarse en una guerra pero bueno, lo dejaré aquí y me iré a remojar el cerebro en sus jugos. Ahí nos sintonizamos. 

Yoroshiku onegaishimasu.


1 comentario:

  1. De acuerdo con lo que señalas y planteas, Mariana. Yo mismo estoy en proceso de reconocimiento y rehabilitación de muchas de las estructuras mentales nocivas que señalas.

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